"El refrán 'A cada cerdo le llega su San Martín' se representa en una escena de género con un toque de justicia ineludible y quizás un humor oscuro. Un personaje (que simboliza al 'cerdo', con una expresión arrogante, descuidada o maliciosa), podría presentar sutiles prótesis robóticas de estilo steampunk (quizás un ojo biónico que mira con desdén, o un mecanismo de mandíbula que sugiere una risa cínica). Este personaje está a punto de enfrentar las consecuencias de sus acciones, o una situación que claramente lo 'pone en su lugar'. La 'llegada de San Martín' se simboliza con un evento inminente o una figura que representa la ley, el destino o una consecuencia natural, pero sin violencia explícita. Esto podría ser la llegada de un inspector, una caída inesperada, el descubrimiento de un engaño, o incluso una figura robótica o humana que porta un calendario marcando la fecha simbólica, o una herramienta que presagia un 'ajuste de cuentas'. Un robot humanoide de metal pulido, o un pequeño autómata observador, está presente, mirando la escena con una expresión de satisfacción silenciosa o de fría confirmación de la inevitabilidad del destino. La escena se ubica en un entorno que contrasta con la actitud del personaje principal: quizás un despacho desordenado, un mercado donde intentó engañar, o un lujoso salón donde su arrogancia será expuesta. La iluminación es natural pero con un toque de solemnidad o de luz de advertencia, tal vez un rayo de sol que ilumina la cara del 'cerdo' justo antes de su 'San Martín'. El estilo es fotorrealista, con una composición que enfatiza la inminencia de la consecuencia y la expresión del personaje principal, utilizando una paleta de colores rica y contrastada, con tonos que pueden ir del dorado de la vanidad a los grises de la inevitabilidad."